7/22/2011

Las manos abiertas de Diana Rosas


DIANA ROSAS
POETA MIGRANTE
El Consulado de México en Yuma, Arizona con el apoyo de la Dirección General de Cooperación Educativa y Cultural de la Secretaria de Relaciones Exteriores, convoca a poetas de todas las nacionalidades cuya condición de migrantes los hace vivir una situación especial, a participar en el IV Encuentro de Poetas Migrantes a realizarse los días 20 y 21de Octubre de 2011en las ciudades de San Luis, Arizona y San Luis Río Colorado. El evento es apoyado por el Instituto Sonorense de Cultura (ISC), por el 25 Ayuntamiento de San Luis Rio Colorado, por el Distrito de Bibliotecas del condado de Yuma y por el Colectivo Cultural Brecha de SLRC.
Una de las mas importantes participantes en tan importante evento es la escritora sanluisina Diana Rosas. Aquí le presentamos una reseña biográfica y una pequeña muestra de su trabajao literaria, para que, si lo consiera, asista al evento a escuchar de viva voz a Diana y a los mas de 40 escritores participantes.

LA BIOGRAFIA
Diana Rosas Castro (1976). De nacionalidad norteamericana y con 35 años de edad, está licenciada en Lengua y Literatura Hispanoamericana y trabaja como tutora de lectura en escuelas elementales en Yuma, Arizona.
Sus estudios universitarios los realizó en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), campus Tijuana. Se mudó a Estados Unidos en el 2000 y ha hecho labor como periodista en el periódico local de Yuma: Bajo el Sol.
Trabaja como escritora independiente y decidió retomar la labor de escritora recién este año. Ha colaborado en San Luis News, con la columna El Nino y la Palabra. La crítica literaria es una de sus áreas predilectas. Gusta de la pintura y la elabora, del cine, del que hace reseñas.
La literatura femenina fue el área de trabajo en el que concentró su tesis titular, especificando la labor literaria de la escritora mexicana Rosario Castellanos.
Concluyó doble licenciatura con un Extended Mayor en Northen Arizona University (NAU) en Yuma, Arizona. Y sigue viéndose realizada como escritora y estudiosa del arte literario.

LA OBRA
Hoy, para mi suerte permanentemente me conozco más que nadie
En esta ocasión el santo no tiene rostro de dolor,
en esta ocasión, a pesar de la solicitud por la verdad mi cuerpo descansa en brazos maravillados de amor.
Esta vez mi vulnerabilidad se quiebra cada que escucho mi andar, al conocer la fe en mi piel. Al olerla, al verle establecerse como crema dulce o como dije de cuello o más bien, como diadema de reina.
Como vientre pleno, sonrío hoy.
Hoy para mi suerte, me conozco más que nadie.
Hoy me tengo paciencia blanca.
Veo llover en el desierto y caer con furia serpientes envenenadas que se burlan, sonríen sin parar, mofándose así de mi sentidos,
de mi color,
mi ausencia,
de mi fortaleza para encararles.
La humedad en mí, la que ha habitado tanto en mí, me ama más que cualquier otro invierno que he conocido.
La belleza de los dedos
al tocar la cotidianidad
se extiende en mi largo cabello.
Los ojos de los ausentes, me extrañan al verse solos con su identidad; sus diálogos.
Hoy para mi suerte me conozco, más que nadie.
Hoy, la soltura de la luz se queda en mí,
púas vivientes.
Hoy,
la vida me parece una gota fuerte, que quiebra al cristal que oculta al mundo.
Hoy,
la vida me parece una agota fuerte, capaz de matar al cristal del mundo.
Hoy,
la vida me parece un gota fuerte capaz de matar al cristal que oculta el mundo.
Hoy solo me asusta seguir en mi pretensión de ignorar este torrente de infinitud, que no calla y no deja de repetir los nombres que me puse desde que exploro la vida.
La sonrisa hoy, no es el dulce despliegue de un gesto abierto que muestra la gratitud o la simpatía, hoy, veo la mezquindad como la expresión de miedo más inmediata.
La sangre huele a soltura y es crueldad, sin embargo la veo como la piel que de Dios podemos acariciar.
Ya nada me conduce a ningún tipo de infierno, ya nada tiene poder para generar en mi caos.
Conozco el velo,
reacción atenta que se genera cuando un árbol es envenenado.
Nosotros: vulnerabilidad que muestra la pauta, la presencia y el regalo de convivir entera y permanentemente en uno.
Mano Abierta.

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